domingo, 21 de junio de 2009

La aventura de ser docente.

Empezaré a referir que estudié el bachillerato en la Normal de Zumpango No. 16, la ilusión de mis padres era que fuera profesor; después de un par años terminé. En aquel tiempo, se hacia en dos años, pero con 12 materias por semestre, al principio no me gustaba; pero, pasaron los días y le fuí tomando interés al grado que quise continuar la licenciatura; sin embargo, solo cursé dos semestres, mi padre no podía sufragar los gastos de mis estudios y dejé la escuela para buscar empleo, la situación era muy precaria, afortunadamente ingresé a trabajar en el Hospital General José Vicente Villada, ubicado en Cuautitlán de Romero Rubio, como auxiliar administrativo, tal vez la suerte y mi dedicación me llevaron a ser Coordinador de controladores de asistencia en menos de 6 meses de haber ingresado. Conocí al Contador Juan Galicia Ramírez y me fuí a trabajar a la subdirección administrativa de dicho hospital, pero ahora como su asistente, él notó algo en mí y me propuso trabajar en jornadas especiales, sábados, domingos y días festivos por la noche con horario de 19:00 a 6:00, en el área de contabilidad, lo cual favoreció enormemente mi tiempo para seguir estudiando o trabajar en otra cosa. Laboré por seis años.
Después de tocar puertas, alguién me recomendó un Colegio, en el que necesitaban a un profesor y fuí aprobar suerte, me entrevistó la Madre Cordimariana Lucía Méndez, me aplicó algunas pruebas de ortografía, matemáticas, historia y me contrató, siempre y cuando, siguiera estudiando. El primer día fue de mucho nervisismo, me tocó impartir clases a Quinto grado "B", un grupo excepcional, niños muy inteligentes que me orillaron a reproducir los paradigmas de mis profesores de antaño, cabe destacar, traté de que fuera lo bueno, no lo malo, porque hubo maestros que dejaron una huella muy significativa y otros mejor me reservo el comentario. Algo que no puedo olvidar, fue estímulo que le dí a la lecto-escritura. La Madre Superiora me recomendó que hicieran copias mis alumnos para superar la caligrafía; sin embargo, noté que siempre realizaban la misma lectura y no había avances cuando se trataba de otra, así que les pedí que inventaran, crearan composiciones, de lo que fuera, en primer orden, fue del jardín que estaba frente al salón, después, de cualquier paisaje, amigos, padres, etc. sin querer había propiciado la inventiva literaria.
Al descubrir el desarrollo de esta habilidad, los padres de familia me felicitaron ante la Directora y empezó mi buena racha en el quehacer educativo, simultaneamente, presenté examen de ingreso para la Normal Superior de Pachuca en la especialidad en español y con orgullo diré que fuí el más alto en los resultados de la prueba, esto lo anexo, porque fue el motor que impulsó mi estadía en dicha institución, logrando destacar en los seis años como jefe de grupo y obteniendo una beca del 100% durante toda la licenciatura, o sea que mi Educación Media Básica, me costó solo 200 pesos, la de inscripción....
Al notar mi desempeño docente la Directora, me pidió que impartiera clases en secundaria, y estuve trabajando muy contento en lo que estaba estudiando, Español. Tuve la maravillosa oportunidad de asesorar a algunos alumnos durante ese tiempo para un concurso de ensayo y lograron ser los mejores de la zona, región, sector; aunque, no logramos llegar a otros niveles porque como era obvio, perteneciamos a escuelas particulares; no obstante, fue una muy gratificante y estimuladora experiencia docente.
Alguien me comentó que en la Preparatoria Oficial No. 22, ubicada en San Pedro Atzompa, edo. de Méx., solicitaban un profesor horas clase para lectura y redacción I, y me presenté ante el Director, el profesor Víctor Manuel Gutiérrez Martínez, quien me entrevistó y le agradó mi currículum, tenía varias recomendaciones tanto del colegio, como de la Licenciatura, y me dió 15 horas. En un principio, era muy irregular en mis llegadas a la Prepa. porque trasladarme desde Apaxco hasta San Pedro era toda una aventura; sin embargo, poco a poco me fui adaptando. Al terminar el ciclo, el Director, me preguntó, si estaba a gusto ahí, lo cual supuse que por llegar siempre tarde me iba dar las gracias y despedirme; pero no, me ofreció 42 horas y me dijo que ya no quería que estuviera batallando en mis recorridos cotidianos. Renuncié a la Secundaria de las Madres Cordimarianas, a las cuales les dí y sigo dando las gracias. Desde entonces sigo en la 22, que me ha llenado de satisfacciones personales, sociales, educativas, académicas y familiares.
Sigo por el camino de los triunfos, he asesorado a varios alumnos en otros ciclos y han obtenido casi cada año, los primeros lugares a nivel zona, región y sector, destacando el de hace un año, mi alumna de 4 semestre obtuvo el primer lugar a nivel estado en el Concurso de ensayo sobre la vida y obra de Sor Juana Inés de la Cruz, así mismo, asesoré su ensayo: La juventud y la mar, obteniendo el primer lugar a nivel nacional y he participado en algunos foros, seminarios cursos talleres como ponente, lo cual me llena de satisfacción, no solo a mí, sino a mi padres esposa e hijos.
He dado un breve paseo por la calle de la amnesia, gracias por recordarme todos esos bellos momentos...
Su amigo...Pepe Rubio.

1 comentario:

  1. Hola Pepé:

    Que aventura tan más extraordinaria la tuya, ojalá un día nos des algunos tips para la redacción pues al leerte tal pareciera que estas frente a frente, hasta podemos descifrar tus gesticulaciones.
    Ahora con lo que nos compartes quiero mencionarte que a manera de reflexión tu aventura de ser maestro refuerza más mi forma de pensar acerca de que la vida misma nos va situando en el lugar que nos corresponde a cada quien y tu ya lo encontraste, gracias por compartir.
    Saludos desde el sur de la Ciudad de México.
    Tutora Ariana Toriz.

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